14 de junio de 2016

CCP ante las elecciones del 26-J


Votar ¿Para que todo siga igual,
o apoyar las fuerzas del verdadero cambio?

La Coordinadora Estatal de CCP anima a participar
y a no dejarse engañar este 26-J
 
“No me preocupa el grito de los violentos,
de los corruptos, de los deshonestos, de los sin ética.
Lo que más me preocupa es el silencio de los buenos”.


Martin Luther King


Tras el debate suscitado en la última coordinadora estatal de CCP*, ante las próximas elecciones y fruto del consenso de todos sus miembros presentes, decidimos comunicar a la opinión pública lo siguiente:

Estamos ante unas nuevas elecciones generales asistiendo a una intoxicación sistemática de los mensajes electorales por parte de muchos agentes políticos, tratando de desviar la atención de los ciudadanos hacia temas muy diferentes de los que realmente les interesan (v. gr Venezuela) y utilizando la mentira y la difamación como arma política (v.gr. terrorismo). Y esto, que se da mucho más hacia una coalición que hacia el resto de partidos, ni es justo, ni verdadero.

Con demasiada frecuencia, los medios de comunicación manipulan la información política en función de los intereses de las empresas que están detrás de esos medios, tratando de evitar que los ciudadanos piensen por sí mismos y de perpetuar en el poder a quienes defienden dichos intereses. Animamos a contrastar las informaciones o a pedir el asesoramiento de familiares y amigos a aquellas personas que no puedan o no sepan hacerlo.

Los elementos sobre los que queremos que se pronuncien los partidos son, entre otros, éstos: el pago de la deuda pública, el empleo escaso y precario, los desahucios, la sanidad pública, la educación, la ayuda a la dependencia, la acogida a los refugiados, la laicidad del estado, los acuerdos entre la Iglesia y el estado… Tenemos derecho a saber qué quiere hacer cada partido político para afrontar esos temas y, llegado el caso, con quienes van a pactar, para saberlo antes de votar.

Los gobiernos que durante los últimos años han ejercido el poder, no han dado respuesta adecuada a esos temas esenciales, (a la vista están los resultados, especialmente para las clases más desfavorecidas). Más bien han mostrado una incoherencia total entre lo que prometían en sus programas y las realizaciones concretas, además de haber estado envueltos en una fuerte corrupción económica y política, que a todos nos ha afectado. No creemos que sea buena idea volver a votar a quienes son responsables de la situación actual.

La importancia del momento político que vivimos es inmensa. Creemos que otra forma de hacer política es posible y necesaria, y para ello creemos que hay que optar. Podemos aceptar que todo continúe igual, callando, no desmintiendo, o no votando, haciendo el juego al mismo engaño, o podemos contribuir con nuestro voto y nuestra participación activa, a un cambio de políticas apoyando a quienes nos parezca que están dispuestos a un cambio real.

Desde hace muchos años hemos apostado por la Laicidad del Estado. También aquí unos la prometen y nunca la aplicaron y otros parecen garantizarla si gobiernan o influyen en el gobierno. Esta es otra clave muchas veces tergiversada intencionalmente para acusar a algunos partidos de ir contra la Iglesia y eso tampoco es verdad. La laicidad y libertad de conciencia no va contra ninguna religión.

Como cristianas y cristianos, que llevamos en nuestro ideario “la opción por los pobres” no podemos quedarnos al margen de lo que está en juego, ni permitir que gobiernen en contra de los empobrecidos y a favor de las élites. Es fundamental que participemos activamente en el cambio de rumbo que nuestro país y todo el mundo occidental necesita. No en vano así titulamos nuestro último encuentro estatal de CCP: “De la indignación al cambio de Sistema”.

Queremos vivificar ese plus de esperanza que debe tener todo seguidor de Jesús de Nazaret y nos comprometemos para ello a aportar y exigir el sentido ético que debe impregnar la acción política y que los valores de igualdad, solidaridad, coherencia, radicalidad o fraternidad, -para nada exclusivos de ninguna creencia- sirvan para la construcción de una verdadera alternativa al capitalismo –por la que también clamaba el Papa Francisco, entrelazada con las luchas populares y fundada en unos principios plenamente democráticos.

Pensamos honestamente, (respetando la libertad personal de cada uno), que el 26J nuestra obligación es votar, porque nunca fue evangélico el silencio de los buenos que decía Luther King. Y votar situándonos desde los últimos, tanto al hacer una lectura crítica de la realidad, como al posicionarnos desde la indignación profética. En este sentido poner de manifiesto y denunciar -desde los excluidos- las políticas que empobrecen a la gran mayoría, debería ser la ayuda del evangelio a la política, porque como decía el Papa Francisco “Hay que salir hacia las periferias existenciales”

Y terminamos este decálogo con otra cita, esta vez de Cristianisme i Justicia. “Una persona cristiana no debería desentenderse de la política como argumento –comprensible- de que la política es tan sucia que ya no tiene remedio, porque equivaldría a dejar dicha política en manos de aquellos que no quieren remediarla” Así hemos hecho en demasiadas ocasiones y así nos la han liado.



Dado el 13 de junio de 2016

(*) Coordinadora Estatal de las Comunidades Cristianas Populares

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